Lisboa, la ciudad de la luz

“Viajar es lo único que compras y te hace más rico”

no puedo estar más de acuerdo. 

No sé vosotros, pero yo “sufro” el llamado virus del viajero. Cada año desconecto de la rutina descubriendo nuevos países y este año nos decantamos por la capital portuguesa. Lisboa es una ciudad increíble y tiene mucho que ver. Este post es una mini guía para quien la visita pocos días, con mis recomendaciones personales y mi experiencia en la ciudad lusitana. ¿Preparados para un recorrido por una de las capitales más bonitas de Europa? ¿Qué ver en 3 días?

ALFAMA, CHIADO Y LA BAIXA

Comenzamos nuestro viaje en la Plaza de Don Pedro IV, más conocida como Rossio, el centro neurálgico de Lisboa. Desde ahí partimos hacia el Castillo de San Jorge, situado en la colina más alta del barrio de Alfama. Es una fortificación musulmana convertida en Palacio Real al ser reconquistada en el Siglo XII por Alfonso Henríquez, primer rey de Portugal. Las vistas de la ciudad, con los tejados rojizos y el estuario del Tajo son impresionantes.  

Al bajar del castillo veréis el mirador de Santa Lucía y poco después la Catedral, popularmente conocida como Sé de Lisboa, de estilo románico y construida en el S. XII. Más adelante se encuentra la majestuosa Plaza del Comercio, otro de los más emblemáticos enclaves, que alberga la estatua ecuestre de Dom José I y el Arco del Triunfo,  que da paso a la Rua Augusta, la gran calle comercial de La Baixa. En ella, podemos disfrutar del mítico Café Brasileira, la cafetería más antigua de Lisboa. ¡Sus pasteles están deliciosos!

Chiado también alberga el Barrio Alto, que cuenta con el ambiente más bohemio y alternativo de la ciudad. Para llegar podéis coger el elevador de La Gloria o el de Santa Justa. No os podéis perder el atardecer desde el mirador de San Pedro de Alcántara, con unas preciosas vistas panorámicas. Allí podéis cenar en una de sus viejas tascas, vivir en directo un Fado o tomar una copa. En definitiva, disfrutar del ambiente y la magia de sus calles. Es sin duda mi barrio favorito.

BELEM

El tranvía 15 lleva directamente al barrio de Belem, donde podéis visitar el Monasterio de Los Jerónimos (10 €), cuyo claustro es de estilo manuelino. Tras subir a la Torre de Belem, anterior defensa convertida en faro, llegamos a uno de mis sitios favoritos, el Monumento a los Descubrimientos. Construido para conmemorar los 500 años de la muerte de D. Henrique el Navegante, resalta la inmensa vocación marinera de Portugal. Los más golosos disfrutarán tomando los riquísimos Pasteis de Belem (1.05 € cada uno) en la antigua confitería de Belem, que nació en 1837 y produce cerca de 15000 al día. Suele haber colas, pero os aseguro que merece la pena.

PARQUE DE LAS NACIONES

Si aún os quedan fuerzas después de tanta visita, os recomiendo coger el metro (línea roja) y bajaros en la impresionante estación de Oriente, obra del arquitecto español Santiago Calatrava. Nos adentramos en la zona moderna de la ciudad. En el Parque de las Naciones, que se creó con motivo de la Exposición Universal de 1998, está el Puente Vasco de Gama, el más largo de Europa con 18 km de largo. Si os gusta el mundo marino no os podéis perder el Oceanario y sus simpáticos pingüinos, focas marinas y tiburones. En sus aguas habitan más de 15.000 animales y plantas. El precio es de 15€ por persona, pero si lo compráis en online en la web oficial hay un descuento.

SINTRA

Si hay un lugar mágico es Sintra. Este pueblo, al que podéis ir en coche o en tren, que está situado a 25 km de Lisboa y parece sacado de un cuento, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Hay tres lugares que no os debéis perder si disponéis de tiempo: el Palacio de la Pena, el Castillo de los Mouros y los jardines de Quinta Regaleira. En la oficina de turismo podéis comprar una entrada conjunta y evitar las colas que hay arriba.

Yo solo tuve tiempo de ir al Castillo de la Pena, uno de los sitios más espectaculares en los que he estado en mi vida. Se trata de una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX, regalo del rey Fernando II a su esposa. Su característico colorido lo convierte en un símbolo de esta villa. El entorno es único y en sus jardines conviven miles de especies.

Espero que os haya gustado mi primer post. Si aún no conocéis Lisboa, os recomiendo que hagáis un hueco en vuestro calendario de viajes. Es una ciudad que enamora: cosmopolita y tradicional a la vez, con un encanto único y rincones de lo más especiales. Sus tranvías, plazas y miradores junto con una rica gastronomía hacen que la ciudad de las 7 colinas sea un destino perfecto para pasar unos días inolvidables. Obrigadíssima, Lisboa. ¡Volveré!

¡Nos vemos en las redes!

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