¿Cómo crear y consolidar la identidad corporativa de tu empresa?
Si desde un punto de vista mercantil, las empresas tienen personalidad jurídica, desde el punto de vista del marketing y la comunicación la identidad corporativa, representa su idiosincrasia, aquello que las define y caracteriza y, con la que son reconocidas en el entorno donde se desenvuelven.
Pues bien, en este post hablaremos de la personalidad de las empresas, de su identidad corporativa y de aquellos aspectos que son necesarios cuidar al máximo desde el punto de vista de la comunicación.
Porque hoy en día todo es comunicación, y comunicar bien es crucial para posicionarnos en la mente del consumidor. ¿Cómo? A través del nombre, el logotipo, los colores, el packaging, el diseño e impresión de carteles publicitarios así como la papelería corporativa, la web y las redes sociales, etc. Porque no hay mejor tarjeta de presentación que una buena primera impresión. Pero antes de hablar de los detalles que marcan la diferencia, pensemos en cómo se crea la identidad corporativa de una empresa.
LA IDENTIDAD CORPORATIVA
En pocas palabras, la identidad corporativa no es otra cosa que la esencia de la empresa. Para qué ha nacido (¿qué soluciones ofrece?), a quién se quiere dirigir y de qué manera lleva a cabo su actividad. Su configuración será el elemento que le va a permitir a la empresa, ser percibidos de la manera en que se quiere. Para definirla debemos responder a las siguientes preguntas:
- ¿Qué es y a qué se dedica mi empresa? o dicho de otra manera, ¿cuál es la misión de mi empresa?
- ¿Cómo hago negocios, cuáles son los principios de mi compañía? Es decir, los valores.
- ¿Hacia dónde me dirijo? ¿Dónde quiero estar en el futuro? La visión de la empresa.
Pues bien, una vez que se han definido estos tres puntos, el siguiente paso es configurar la identidad visual corporativa, es decir, todos los elementos que nos van a servir para comunicar hacia el exterior y van a definir la percepción pública (imagen corporativa) de la empresa que, necesariamente tiene que estar en consonancia con la identidad corporativa con el fin de ofrecer una imagen sólida y consistente.
Todo ello se plasmará en un manual de identidad corporativa que servirá de guía para el uso de los distintos elementos gráficos (visuales) que la conforman, para garantizar la coherencia comunicativa y visual de la misma.
LA IMAGEN CORPORATIVA Y LA IDENTIDAD VISUAL
Mientras que la identidad corporativa es la parte del binomio que la compañía puede controlar y que se proyecta para generar una impresión (imagen) concreta en los clientes con los que se relaciona, la imagen corporativa es algo externo y poco controlable, que se configura a través de la percepción que los clientes tienen de todo lo que engloba a la actividad de la empresa.
Una buena percepción, por lo tanto, dependerá de buen tratamiento de la imagen proyectada a través de diferentes elementos clave en la comunicación de la empresa, es decir, de la definición de nuestra identidad visual corporativa.
Ésta última, será el resultado del proceso de creación del nombre, el logotipo, el isotipo, el isologotipo, así como la elección de los colores y tipografía.
Dichos elementos, serán los que posteriormente se plasmen tanto en la página web y distintas redes sociales que la compañía tenga, así como carteles publicitarios, tarjetas de visita, brochures, material de oficina variados, etc. Es por ello que, si bien parte de la percepción (imagen corporativa) va a depender también de otros elementos como el tono y lenguaje escogido para comunicar, el trato que se tenga con el cliente, distintas iniciativas que las empresas lleven a cabo y que repercutan positivamente en su entorno, etc, cuidar al máximo y guardar una coherencia visual de todos los elementos que consigan comunicar, sin que se dé una interlocución, será fundamental para que dicha percepción o imagen corporativa sea buena.
